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Desde 2024 más de 25.000 niños y niñas en Haití se han beneficiado de programas de la AECID en el respeto y promoción de sus derechos.
20/11/2025 - 15:01
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En esta jornada en que el mundo celebra el Día Mundial de los Derechos del Niño, 20 de noviembre, es importante recordar estas iniciativas apoyadas por la AECID y sus socios para llevar un rayo de esperanza a miles de jóvenes y niños en Haití.
Hoy en día, los niños haitianos crecen en un entorno marcado por el temor, la inseguridad y la falta de oportunidades, lo que perpetúa el ciclo de pobreza y violencia. Sin intervención, los daños serán generacionales.
Una proporción importante de niños haitianos no posee acta de nacimiento, lo que puede limitar su acceso a servicios esenciales como la educación, la salud y la protección. La no identificación también constituye un obstáculo para que los gobiernos y los socios humanitarios implementen programas específicos para la infancia. Para hacer frente a este problema y fortalecer las acciones de defensa y protección de los derechos de las personas vulnerables (mujeres, niños y grupos en riesgo), la AECID apoya el trabajo de la Oficina de Derechos Humanos en Haití (BDHH). Hasta la fecha, esta iniciativa ha permitido tramitar más de 1.800 expedientes y brindar asistencia legal a 114 niños, ya sea para obtener una pensión alimenticia o para la reconstitución de sus actas de regitro civil, un requisito previo para el reconocimiento de su identidad como “titulares de derechos”.
Haití sigue siendo uno de los países más vulnerables del mundo en materia de seguridad alimentaria. La malnutrición, la subalimentación y las deficiencias de micronutrientes afectan especialmente a los niños menores de cinco años, comprometiendo su desarrollo físico y cognitivo. Según informes recientes de la FAO y el PMA, más de la mitad de la población vive en situación de inseguridad alimentaria, y 3,3 millones de niños son víctimas de esta crisis crónica. Además, son particularmente vulnerables frente al cólera, epidemia cuyos brotes siguen reapareciendo en 2025.
Para abordar esta problemática, además del apoyo multiforme de la AECID para mejorar la seguridad alimentaria, beneficiando a más de 35.000 familias de agricultores en el departamento del Sudeste del país, se ha destinado un apoyo específico a los niños en las escuelas. El proyecto de implementación del programa de comedores escolares basado en compras locales en el Sudeste de Haití, financiado por la AECID a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA), en colaboración con la Coordinación Regional de Organizaciones del Sudeste (CROSE) y la Oficina Nacional de Desarrollo (BND), permite ofrecer a los niños comidas nutritivas y diversificadas elaboradas con productos comprados localmente. Estas comidas cubren aproximadamente el 40 % de las necesidades calóricas diarias. Para el año escolar 2024-2025, esta colaboración benefició a más de 9.590 niños, superando ampliamente la meta inicial de 6.500. Este aumento se debe a la migración creciente de familias metropolitanas a las zonas rurales, debido a la inseguridad persistente. La previsión para 2025-2026 es cubrir al menos a 8.270 niños, reforzando también la capacidad de los pequeños agricultores locales, cifra que aumentará hasta 10.189 con la financiación concedida por la AECID a la ONG española CESAL para seis escuelas adicionales en las comunas de Thiotte, Grand Gosier y Anse-à-Pitres.
En su estrategia para la protección y promoción de los derechos de la infancia, la AECID considera que las escuelas desempeñan un papel fundamental, ya que ofrecen un espacio seguro (lo que reduce los riesgos de reclutamiento por parte de pandillas y de otras formas de violencia) y facilitan el acceso a varios derechos reconocidos por la Convención sobre los Derechos del Niño. Actualmente, en colaboración con varios socios (CESAL, Arquitectura Sin Fronteras, Fundación Cultura Creación y UNICEF), la cooperación española en Haití apoya a unas treinta escuelas con más de 7.000 alumnos, desde preescolar hasta el tercer ciclo de educación básica, para garantizar una educación inclusiva y de calidad. Además, estos centros escolares trabajan para el desarrollo integral del niño y también sirven como puntos de información sobre salud, higiene y prevención de enfermedades, contribuyendo a reducir las desigualdades entre niñas y niños.
El colapso institucional y la falta de recursos hacen imposible que el gobierno haitiano garantice por sí solo los derechos fundamentales de los niños. Los socios locales e internacionales desempeñan un papel importante para cubrir las deficiencias críticas en salud, educación y protección. Sin el apoyo de la cooperación internacional, millones de niños seguirán expuestos a la violencia, el hambre y el abandono, comprometiendo el futuro del país.
Por un futuro mejor para los niños y niñas de Haití, ¡elegimos cooperación!


